martes, 17 de febrero de 2015

Sus ojos se encontraron con los míos en un intento de sacarla de su mente.
Se volvió a la ventana y frunció el ceño, 
no quería seguir con ese juego porque el era una persona fría,
enamorado de una mujer fría que jamas le devolvía la mirada.
Y sin embargo, ahí estaba.
Sentado esperando verla, para solo tener un vistazo fugaz de su silueta para deleitarse. 
Y allí estaba ella, la otra. 
Una que si le devolvía la mirada, que lo observaba con ternura,
que en sus labios se sentía la promesa de besos con amor y dulces palabras.
Se imaginaba fácilmente una vida junto a ella, 
seria fácil, seria feliz, ella lo amaba, y el...
El era un hombre frió, así que volteaba la mirada y no se permitía ser feliz ni amar a alguien correspondido. 
Ella era así, le daba un poco de luz a su vida, la suficiente como para no olvidar que el sol estaba ahí, y luego la olvidaba, porque a pesar de que las aves canten con el sol y las estrellas sean altas, 
el era un hombre frió y prefería la lluvia, y cielos grises que le ofrecía su fría mujer. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario