miércoles, 27 de mayo de 2015


Cuando ese ultimo rayo de luz toca tu piel,
en la radio suena tu canción favorita,
y terminas un libro perfecto,
la sensación de una taza de chocolate caliente en tus manos,
sus besos, una mirada furtiva de una extraña,
la sonrisa de un niño, la caricia de una mano,
la ilusión de que cada día es un infinito,
y es un infinito lleno de momentos en los que por un segundo todo es perfecto.



Es curioso que estos días me recuerden a ti,
realmente lo curioso es que siga recordándote, con lo mucho que me esfuerzo por no hacerlo,
y es que con los giros que da la vida, estos días si, en efecto, son tu definición clara,
Monótonos, fríos, lúgubre y gris.
De miradas perdidas a la nada, de caminatas perdidas en una ruta sin fin,
estos días sin sol ni brillo, sin risas en las calles, con frió en los huesos,
si, estos días me recuerdan a ti, con esa mirada tan vacía y nublada,
negada de todo sentimiento o placer.
Eras así, como un día nublado en mi ventana que no dejaba entrar luz.




Rosas y piel,
risas y juegos,
encanto, amor, paz.
Eternidad.
Placer. El momento preciso en que dos almas se conocen y están conscientes de que estarán unidas por el resto de la vida y no tienen objeción al respecto.

Ojos grises, piel pálida, flor muerta.
Que eres ahora y a donde has ido?
Acaso estas tan lejos que no te puedo tocar,
la vida se me antoja gris ahora que no estas,
frío, tirado en una fosa, lleno de horror en tus ojos,
un ciclo interminable del que no pudiste escapar,
no es que sea eterno, pero dime, ¿acaso no podías durar mas?
Es que tu partida solo la puedo explicar con claveles en la cama,
una urna vacía y tu cuerpo perdido.




Con los ojos en el cielo, se desvaneció lo que una vez fue color,
se perdieron las risas y los olores de primavera,
arraso con el perfume dulce de tu voz,
y lo que una vez se conoció como amor, ahora no es más que pena,
fue efímero el momento en que fuimos eternos,
y en que los juegos valían mas que un adiós,
si pudiera volver atrás, volvería a tu risa, a tu tacto y a tus besos.
Pero como recuperarse de tan ingrato destello,
y como amainar el dolor en heridas tan profundas, como recuperar la risa
y volver a sonreír con dulzura, cuando la tragedia de mi vida ha sido dejarte ir.






domingo, 3 de mayo de 2015

Y creo que te vi,
bajo el cielo de mayo, en una tarde calurosa.
Era tarde y llevabas jeans, una sonrisa y algo de enojo.
No se muy bien porque, pero ya hace mucho que te habías ido.
Te llevaste las fotos, los libros, todas las cosas que te hacen sentir y ser,
te llevaste los besos y las caricias.
Tenias jeans, y una camisa blanca.
Te vi, bajo las estrellas de un desierto y un clima insoportable,
Era el efecto de miles de estrellas bajo tus ojos, de una sonrisa tardía.