Pero no era arte, a eso que llamabas mientras tus lagrimas se deslizaban.
No era vida, lo que proclamabas desde tus ventanas.
No eran celos los delirios de grandeza por estar junto a ti,
no eras tiempo, no eras cielo, no eras arte.
No eran sombras en tus ojos, eran años de muerte.
no eran imperfecciones disimuladas,
no eran caricias sin importancias,
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