jueves, 23 de octubre de 2014
Que error tan atroz y vulgar el de la monotonía,
el acostumbrarnos a nuestros cuerpos desnudos uno junto a otro sin que nos excite lo mas mínimo,
encontrar molesto el rose oportuno de una mano, un beso o una rosa.
El buscar en rostros ajenos una sonrisa o un gesto que no haga sentir algo,
Que error tan atroz y vulgar el alejarnos,
el querer alcanzar las estrellas y no ser capaz de levantar siquiera la vista al cielo,
que los recuerdos te hagan mas feliz que el presente y la realidad te haga llorar.
Que error tan atroz y tan vulgar, el encontrarnos solos sin saber hablar,
sin que nuestras manos se toquen con un propósito, con llevar la mirada a la deriva y rezar todas las noches por un final.
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