martes, 8 de julio de 2014


Te encontrabas tan sumisa que hasta daba miedo pedirte mucho,
no creerías en cuentos hasta que vieras el final de uno.
Y no mas que el final del tuyo, una corta vida,
que sin mas acabaría como un susurro, una herida profunda y limpia,
un final digno de dramas noveleros y gritos punzantes.
Cuando alguien hallara tu cuerpo no seria facil y reirias,
porque preocuparte por ellos ya no era tu trabajo, eras libre.
Y creias, creias tan firmemente en el asunto que lo llevaste a cabo,
no fue asi, realmente no era tan facil como lo hacían ver esas tragicas novelas,
no era indoloro, había mucha sangre y no lograbas una cortada profunda.
Asi que te heriste, lloraste  y gritaste, mas sangre.
Te levantaste y fuiste hasta la puerta, no habian fuerzas y caiste, mas sangre.
Mas gritos, mas dolor, mas caos, mas sangre.
Afuera alguien logro oirte bajo el ruido de la rutina y fue a tu rescate, mas sangre.
Estabas tendida sin esperanza  y muerta de miedo cuando al fin lograron entrar.
Lloraste, pidiendo perdon, que no sabias que no eras tu, que estabas fuera de control.
OH cariño si ellos supieran que solo era el inicio de la guerra con tus demonios y tu alma.



No hay comentarios:

Publicar un comentario